Sobrevolaba una zona del río Genil, en Granada y un reflejo de sol le impidió ver los cables de tensión y se quedó colgado a 80 metros de altura.

Sus amigos le echaron de menos y empezaron a preguntarse dónde estaba Pedro. Uno de ellos no tardó en dar la voz de alarma y fue entonces cuando llamaron al 112.

Los servicios de emergencia trabajaban a contrarreloj, ya que se acercaba la noche y sin luz era muy complicado rescatarle. Tras intentarlo con una grúa y no conseguir llegar a la altura en la que se encontraba Pedro, lo intentaron con una cuerda lanzada por un arquero.

Después de recibir varias descargas eléctricas y síntomas de congelación, pudo aterrizar en tierra, sano y salvo.