"Soy inocente de los hechos que me quieren imputar" y "me parece increíble que no sepamos dónde están mis hijos". Éstas han sido las últimas palabras de José Bretón en la última jornada del juicio. El jurado se ha retirado para dilucidar si es culpable o no de asesinar a sus hijos, Rtuh y José, el 8 de octubre de 2011 en Córdoba.

En la misma sala en la que durante catorce jornadas se han escuchado todos los testimonios de los familiares de los niños, de los policías que han investigado el caso y de los peritos que han analizado los indicios y pruebas que lo han llevado a sentarse en el banquillo de los acusados, Bretón será testigo de las preguntas que se le hará al jurado para conformar su veredicto.

Tras ese momento, los nueve miembros del jurado, siete mujeres y dos hombres, quedarán totalmente incomunicados para alcanzar un veredicto.

Para ello cuentan con un plazo máximo de dos días, aunque si no existe un veredicto para entonces, el presidente del tribunal puede decretar una prórroga de otros dos días para alcanzar un acuerdo.

Veredicto que debe ser por unanimidad si es para considerar culpable a Bretón y que sólo requiere de cinco votos favorables si es para declararlo no culpable de alguno de los hechos por los que se le pregunte al jurado.

Para la fiscal el veredicto es claro. Bretón mató a sus hijos y los quemó en una hoguera para no dejar rastro alguno de su acción criminal.

El Ministerio Público mantiene que existen "pruebas como puños" para fundamentar y motivar un veredicto de culpabilidad. Bretón estaba molesto por la decisión de su exmujer Ruth Ortiz de separarse y la mejor forma de hacerle daño era matando a sus hijos.

La fiscal asegura que Bretón ideó su plan criminal justo en ese momento y para llevarlo a cabo hizo acopio de la suficiente leña y combustible para quemar a sus hijos en la hoquera que hizo en la finca de "Las Quemadillas".

Además, Bretón mintió sobre sus movimientos el día del suceso y su versión de que perdió a los niños en el parque Cruz Conde de Córdoba era "inverosímil".

Los análisis de los restos óseos hallados en la hoguera eran de humanos y ante esa prueba "no hay más que añadir", ha expuesto la fiscal. De ahí que el Ministerio Público pida 40 años de cárcel para Bretón al considerarlo autor de dos delitos de asesinato con el agravante de parentesco.

Una petición a la que se ha sumado la acusación particular, que mantiene que la propia actitud de Bretón durante los primeros días de la investigación es la principal prueba de sus culpabilidad.

Cuesta pensar que un padre pueda asesinar a sus hijos, pero en este caso la realidad supera a la ficción, ha apuntado la letrada que representa a Ruth Ortiz. Bretón nunca quiso a sus hijos y no pudo soportar que su mujer le planteara la separación.

Ese es el móvil del asesinato, según la acusación, que ha mantenido que entre los planes del acusado también entraba matar a su exmujer, aunque matando a sus hijos obtiene el "placer permanente de hacer sufrir a Ruth".

Acusaciones, todas ellas, carentes de fundamento y encaminadas a condenar a Bretón antes incluso de la celebración del juicio oral, según el letrado que defiende al acusado.

Una defensa que ha cuestionado la instrucción del caso por ser subjetiva, la investigación por admitir solo la hipótesis de que Bretón era el culpable, la imparcialidad del jurado por estar intoxicado por los medios de comunicación y la validez de las pruebas al entender que se ha roto la cadena de custodia de las mismas.

Una defensa que ha pedido la total absolución al entender que no han quedado demostrados unos hechos fundamentales para el Derecho Penal, como puede ser, en este caso, la causa de la muerte de los pequeños.

"Si es muy triste que un culpable esté en libertad, más doloroso es que un inocente esté en la cárcel", ha sentenciado la defensa dirigiéndose a un jurado que deberá decidir el futuro de Bretón: culpable o no culpable de asesinar a sus hijos Ruth y José.