El manuscrito del medievo desapareció en julio de 2011 y se halló un año después en un garaje propiedad de este operario que trabajó como autónomo para la Catedral de Santiago y que en ese momento se identificó como el responsable del saqueo ante el juez, algo que este martes no ha corroborado porque no tiene en su mente nada de lo que ocurrió entonces.

"No declaré libre. Me sentí maltratado. El juez se burló de mí", ha dicho a preguntas de su abogada, Carmen Ventoso Blanco, y esto ha llevado a que se le muestre la grabación del día en el que él mismo se delató.

Su mujer y su hijo también han declarado y mantienen que no sabían nada del códice ni que tuvieran todo ese dinero en casa. La Policía encontró dos millones de euros, que Manuel Fernández Castiñeiras ha asegurado que los ganó trabajando en negro y como prestamista.

Es la estrategia de la defensa, que trató de que se anularan las grabaciones en las que se le ve cogiendo dinero, pero el juez mantiene que la grabación es legal. Lo que sí ha anulado son las escuchas en casa de la familia porque vulneran el derecho a la intimidad.

Y aunque el magistrado no ha visto coacción en las declaraciones ante el juez de instrucción, sí ha reconocido que el tono del juez no fue el más adecuado en el interrogatorio.

El presidente del tribunal que juzga el robo, Ángel Pantín, aceptó una petición de la defensa y declaró nulas las pruebas obtenidas mediante los micrófonos instalados en la casa de Fernández Castiñeiras.

Todas las demás solicitudes planteadas por Carmen Ventoso fueron desestimadas, entre ellas la de declarar nulo todo el proceso.

Acerca del interrogatorio de Vázquez Taín al hombre que se sienta en el banquillo, con una entonación que su abogada tildó de "cuasi despectiva", Pantín ha entendido justificada la queja por el tono empleado, pero no ha considerado que esto constituya un motivo de nulidad.

Diez minutos después de las nueve de la mañana del martes, el electricista ha llegado a los juzgados compostelanos de Fontiñas acompañado por su mujer, Remedios Nieto, y precedidos por la abogada que se encarga de la defensa de esta familia, Carmen Ventoso.

El hijo de este matrimonio, Jesús Fernández Nieto, entró en el edificio judicial diez minutos más tarde, puesto que dedicó ese intervalo a aparcar el vehículo en el que se trasladaron.

El ladrón confeso del Códice, que estuvo interno en el penal de Teixeiro (A Coruña) desde julio de 2012 hasta enero de 2013, está acusado de dos delitos de robo con fuerza, uno de ellos continuado; de un delito contra la intimidad y de otro de blanqueo de capitales.

El Ministerio Fiscal reclama para él 15 años, pero la Iglesia, que está personada como acusación particular, eleva a 31 la petición.

Para su mujer, Remedios Nieto, y su hijo, Jesús Fernández Nieto, el Ministerio Fiscal limita su petición de pena a un año y medio de prisión para cada uno de ellos por blanqueo de capitales y prevé una alternativa de seis meses por sendos delitos de receptación.