Puntual, a las 7 de la mañana, Carles Recio llegaba al Archivo de Valencia y fichaba. Pero, pasado el trámite, daba media vuelta y salía a la calle, donde asegura, aguardan sus tareas. "Yo hago una labor de documentación fuera de la oficina, un trabajo de negro", asegura.

A las cuatro, volvía para fichar, sin haber pasado por su mesa de trabajo en todo el día, porque dice que no era necesario: "Trabajar como un negro significa que trabajo para que otros tengan el fruto de mi trabajo".

Recio desempeña el cargo de jefe de una unidad bibliográfica, por el que cobra 50.000 euros anuales, aunque no se le conoce ninguna publicación en un puesto que según la actual diputación no existía antes y se creó sólo para él. "No quiero meterme en un berenjenal pero desde luego no fue esta Diputación la que creó ese puesto 'ad hoc'", afirma Jorge Rodríguez, presidente de la Diputación de Valencia.

El supuesto engaño se repitió durante diez años, por lo que la Diputación de Valencia le ha abierto un expediente para saber si cobró sin trabajar. Pero este funcionario de Valencia no ostenta el récord, que está en Cádiz, donde un funcionario estuvo seis años cobrando sin ni siquiera ir a fichar, aunque se sospecha que fueron bastantes más.