El portero automático del domicilio tiene cámara de vídeo, así que antes de abrir, la víctima pudo ver quién llamaba. Además, la puerta no estaba forzada, por lo que la policía cree que el autor del crimen conocía a la víctima y podría ser alguien de su entorno.
La mujer, de 81 años, vivía sola en su domicilio situado en la calle de Virgen del Puerto, en el distrito de Arganzuela de Madrid. Mantenía contacto con su hija casi a diario. El miércoles la hija no consiguió hablar con ella, por lo que se preocupó y se presentó en la vivienda, donde encontró a su madre inconsciente y con sangre en la cabeza.
Los servicios de emergencia no pudieron hacer nada por ella: llevaba más de siete horas muerta. Su cuerpo presentaba signos claros de violencia y 12 mil euros habían desaparecido de la caja fuerte. Un robo que acabó convirtiéndose en un homicidio. Por su parte, los vecinos dicen que no oyeron nada.
Las primeras sospechas apuntaban a la asistenta, a quien, precisamente, la víctima despidió hace dos semanas, tras descubrir que le había robado joyas. Tras prestar declaración, quedó en libertad.
La policía sigue investigando e interrogando a todos los que conocían a la mujer.