Agricultores de diferentes países de la Unión Europea se han sumado a las protestas iniciadas en Francia. Lo cierto es que, aunque cada país tiene sus peculiaridades, todos piden lo mismo: que la competencia que llega de terceros países de fuera de Europa no les perjudique.

"Somos las migajas al final de la línea", lamenta un agricultor francés. Una afirmación con la que están de acuerdo en Portugal, donde aseguran que les están "quitando la competitividad".

Una situación que también se está viviendo en España , donde agricultores y ganaderos han salido para realizar las mismas reivindicaciones. "No podemos competir", aseguran.

De esta forma, la agricultura europea sale a la calle contra la transición ecológica que, dicen, les exige Europa y les obliga a aplicar medidas estrictas como ampliar su cultivo ecológico o reducir los fitosanitarios.

Esto suponen unos costes que aseguran que no pueden asumir. Unas medidas que señalan que no solo aumentan sus costes, sino que también reducen su producción, haciendo que también se vean perjudicados ganaderos como Ricardo, que reside en Portugal. "He perdido el 40% de productividad", asegura.

Todos coinciden en que sus producciones, menores y más caras, ya no pueden competir con productos de terceros países a los que no les exigen las mismas normas. "¿Cómo es posible competir con mercados donde no hay obligaciones?", pregunta Joao Días, agricultor portugués. 

Sin embargo, insisten en que no están en contra de las medidas contra el cambio climático, simplemente piden flexibilidad a la hora de aplicarlas y que no les den la espalda a la hora de tomar decisiones tan trascendentales para el campo europeo.