Casi un año después de su separación con el famoso actor Brad Pitt, Angelina Jolie se ha sincerado, con la revista Vanity Fair, acerca de cómo han vivido ella y sus hijos la separación. Tras el divorcio la actriz se trasladó junto con sus hijos a una mansión en los Ángeles donde han empezado de cero su vida sin Brad Pitt.

La actriz reveló a la revista que tras su separación con el actor sufre de hipertensión y de parálisis facial de Bell. Esta enfermedad consiste en un desorden neurológico que provoca que los músculos faciales queden paralizados de forma parcial o completa: "A veces las mujeres en la familia se ponen las últimas" dice la actriz, "hasta que se manifiesta en su propia salud". Ha afirmado que gracias a acupuntura ha conseguido recuperarse.

Muchas horas de llanto le han costado a Angelina sus primeros días tras el divorcio. "Creo que es muy importante llorar en la ducha y no delante de ellos. Tienen que saber que todo va a estar bien aunque muchas a veces tú misma no sepas si va a estarlo", relató la actriz a la revista.

Con respecto a sus hijos ha señalado que han sido muy valientes: "Son muy fuertes. Estoy muy orgullosa de ellos". Además, la actriz intenta proteger a sus hijos de estos duros momentos para que no sufran como ella hizo en su infancia: "He estado muy preocupada por mi madre cuando yo crecía, mucho. No quiero que mis hijos se tengan que preocupar por mí". La madre de la intérprete se divorció de su padre, el actor Jon Voight cuando ella todavía era muy joven.

En relación a su carrera profesional, la actriz ha señalado que quiere apartarse del cine para centrarse en su maternidad. Aseguró no sentirse interesada en volver a trabajar en otro proyecto, por el momento. "Solo estoy buscando hacer buenos desayunos y cuidar la casa. Es mi pasión. Además, a petición de mis hijos, estoy dando clases de cocina. Llevo nueve meses intentando ser un buen ama de casa, recoger la caca del perro, fregar los platos y leer cuentos por la noche", añadió. "Y estoy mejorando en las tres".