El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha rechazado la posibilidad de llegar a un pacto con la oposición, y con el PSOE en particular, que no pase por refrendar su política económica, ya que cree que con ella se dejan atrás los "disparates" del pasado y se evidencia que "esto empieza a funcionar".
El hemiciclo del Congreso ha sido el lugar en el que el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha oficializado su propuesta de un gran pacto nacional en materia económica a Rajoy, que se ha mostrado dispuesto al diálogo pero puntualizando que la línea roja es no volver a las políticas que llevó a cabo el anterior Ejecutivo socialista. Si Rubalcaba ha advertido de que no está dispuesto a que los acuerdos con el Gobierno sean de una mera adhesión a sus políticas, el jefe del Ejecutivo ha dejado claro que estas son las únicas que van a permitir el crecimiento económico y la creación de empleo, y, por tanto, no se va a mover de ellas ni un ápice.
Es más, ha llegado a aseverar que el secretario general del PSOE no tiene "excesiva autoridad moral" para decir ahora que quiere un acuerdo cuando no ha apoyado ni una sola de las reformas planteadas en la presente legislatura. "No podemos volver a las políticas económicas que nos han traído hasta aquí. Ahí no puedo ceder", ha recalcado antes de mostrarse convencido de que "llegará la cosecha".
Rajoy ha invitado a los socialistas a que demuestren su disposición al pacto respaldando medidas pendientes como las relativas a la sostenibilidad de las pensiones, la reforma de la administración en general y la local en particular y la ley de unidad de mercado. También ha vuelto a rechazar la propuesta de Rubalcaba de destinar 30.000 millones de euros del rescate financiero para otros fines porque eso ha dicho que supondría una nueva condicionalidad de ese préstamo por parte de Bruselas.
El presidente del Gobierno ha atribuido a sus medidas y al esfuerzo de los españoles el haber evitado el rescate y se ha mostrado sorprendido por el hecho de que Rubalcaba haya señalado en el debate que su política no tiene nada que ver ni con la del Gobierno actual ni con la del presidido por José Luis Rodríguez Zapatero, en el que fue vicepresidente. "Yo le propongo la política de Rubalcaba", le ha planteado el líder del PSOE, quien ha reprochado a Rajoy que recurra continuamente a la herencia recibida.
Para él, merece la pena intentar un gran pacto que cree que reclama una España "asustada", "pesimista", "sin horizonte" y "desconfiada como nunca con los políticos y sus instituciones". El resto de los grupos políticos han coincidido en reclamar a Rajoy un cambio de rumbo en sus políticas económicas centradas en la reducción del déficit, que pase incluso por un "plante" o "boicot" a las exigencias de Bruselas y Alemania.
Las críticas a Rajoy han sido especialmente duras por parte del coordinador federal de IU, Cayo Lara, para quien el "mejor servicio" que puede hacer "a esta España que se desangra -ha dicho-" es presentar su dimisión y convocar elecciones generales. La portavoz de UPyD, Rosa Díez, ha acusado al presidente del Gobierno de ser "un contable ciertamente tramposillo" por presentar un balance económico en el que siempre elige "las cifras que más le favorecen".
En materia de acuerdos, el portavoz de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, ha emplazado a promover el diálogo político para buscar un amplio pacto de Estado contra la crisis y ha pedido, reivindicando la "autoridad moral" de su partido, que PP y al PSOE "no se peleen más". Para el portavoz del PNV, Aitor Esteban, lo que toca es incentivar la economía "ya" porque la política de austeridad pura es un "auténtico fiasco, un fracaso" no sólo en lo económico sino también en lo político, "haciendo añicos entre los ciudadanos el espíritu europeísta que tantos años había llevado construir", ha señalado.
Por su parte, la gran mayoría de los portavoces del grupo mixto han coincidido en solicitar al jefe del Ejecutivo un "cambio de rumbo" que debe centrarse, han insistido, en la creación de empleo, ante lo que Rajoy ha replicado una y otra vez que para ello deben primero corregirse los desequilibrios estructurales de la economía española.