Es sólo un primer paso, pero Mariano Rajoy ya ha reconocido que "siempre que uno obtiene unos resultados peor de los esperados, debe corregir cosas".
Pero, ¿qué es eso que debe corregir? Hay voces dentro del partido que piden cambios en la cúpula. La número 2 de los populares animó, hace algunas semanas, esas especulaciones, pero el propio Rajoy zanjó inmediatamente el debate.
Así que en la Junta Directiva del martes parece descartado cualquier cambio en la dirección nacional. Incluso el de Carlos Floriano, que también genera recelos, pero al que se ha encargado la tarea de dirigir la campaña de municipales y autonómicas.
Si algo esperan los cargos del PP es cierta dosis de autocrítica. El fenómeno Ciudadanos sobrevolará el cónclave de Génova. Después de sonados patinazos, ahora se admiten errores y se abre la puerta a un tono menos combativo. La baza de Rajoy, por tanto, estará esencialmente en su discurso. A él se aferrará como revulsivo para reactivar a los suyos ante de la cita crucial del 24 de mayo.