Para Pedro Sánchez, España tiene un problema, y no sólo es catalán. Él presume de haber dado con la solución: "Un nuevo pacto". Lo que se traduce, según artículo de 'El País', en hacer algo así como una 'segunda Transición', es decir, reformar la Constitución entre todos.

Para salvar el primer escollo, el desafío independentista catalán, la solución del PSOE es más que conocida: "Una reforma federal". Pero, puestos a abrir el melón constitucional, los socialistas proponen cambiar muchas más cosas, y muy variadas. Por ejemplo, reconocer los nuevos modelos de familia, suprimir totalmente la pena de muerte, reformar el Senado o reducir aforamientos.

A Izquierda Unida la música le suena bien, pero cree la letra aún se queda corta. En el Gobierno, siempre que se ha sacado el tema constitucional ha caído en saco roto. Ponerse a reformar la Carta Magna, dicen, tiene mucha miga.

Para los socialistas, cambiar la Constitución sería la solución a todos nuestros males. Sin embargo, reconocen que tendría que ser acordada y luego votada por los ciudadanos.