Dos ideas de Europa se enfrentan en las urnas. Los partidarios de una mayor integración europea y la ultraderecha euroescéptica. Según algunas encuestas, estos últimos partidos emergentes podrían alcanzar el 30% de los escaños.

Carme Colomina, periodista investigadora del CIDOB, explica que "la ultraderecha quiere renacionalizar competencias y sembrar divisiones internas dentro de sus propias sociedades y dentro de la unión europea".

Populares y socialdemócratas ante el riesgo de perder por primera vez su mayoría parlamentaria, lo que forzaría un pacto con los liberales o los verdes. Equilibrio de fuerzas decisivo en la elección de los miembros de la Comisión Europea.

"Hay un consenso en la necesidad de mantener la unidad entre conservadores y progresistas frente al bloque euroescéptico que va a entrar en la Cámara", indica Eduardo Saldaña, de 'El Orden Mundial'.

Enfrente, una ultraderecha que atiza el miedo a la inmigración y cuestiona el cambio climático o las políticas de género con noticias falsas, que según un estudio, llegarán al móvil de la mitad de los europeos durante la campaña. "Las 'fake news' crean confusión y desconfianza en el estado de ánimo de los electores", puntualiza Colomina.

Uno de cada diez europeos considera malo que su país forme parte de la Unión. Lo cree el 21% de los italianos y el 17% de los griegos. Una cuarta parte de los checos, y uno de cada cinco austríacos y franceses, votaría a favor de abandonar el club de los 28. Como los británicos, que pese al Bréxit, acuden a las urnas. Sus 73 eurodiputados abandonarán la eurocámara a media legislatura.

En nuestro país, la convicción europeísta resiste. El 74% de los españoles quiere quedarse y sólo el 10% apuesta por salir.

Según el CIS, el PSOE repetirá la victoria de las generales con 17 o 18 escaños. Le siguen el PP, con 11 o 12 diputados; Ciudadanos, con ocho o nueve; y Podemos, con ocho. Vox obtiene cuatro o cinco.

Previsiones que los populares europeos observan con preocupación. Su candidato a presidir la Comisión, Manfred Weber, quiere marcar diferencias con la ultraderecha y presiona a Pablo Casado para que haga lo mismo con Vox.