La papeleta para votar el 1 de octubre sí se puede imprimir desde casa. El portavoz del Govern explicaba en Twitter cómo hacerlo pero ahora ha matizado: no animaba, sólo recordaba que no se le pueden poner puertas al campo.
Los registros en una imprenta y en el semanario El Vallenc terminaban entre gritos de independencia y con el director de la publicación ante la Guardia Civil. Se le investiga por tres supuestos delitos: prevaricación, desobediencia y malversación de caudales públicos.
De bochornosa califica el PDeCAT la actuación del Estado y le recuerda: las urnas no son armas de destrucción masiva: "Están haciendo un ridículo estrepitoso. Ver a un cuerpo, a una fuerza de seguridad, retirando urnas como si se tratara de un arma de destrucción masiva. Estamos viendo cómo hacen el ridículo" defiende Neus Munté.
También los registros son "patéticos" para la CUP, que habla de persecución de ideas: "Una acción de patetismo y demofobia, de un miedo ridículo" asegura Nuria Gibert.
En este meollo ha decidido meter baza el fundador de Wikileaks: Julian Assange se dirige al Estado en catalán y adjunta una foto de los tanques en la plaza de Tiananmén: "España, esto no funcionará en Cataluña. Los catalanes tienen derecho a la autodeterminación. Las detenciones solo nos unen y nos fortalecen".
Para la oposición, que las papeletas de unas elecciones se pueden imprimir desde casa no es serio: "Si me dijeran que me imprima yo las papeletas, me sentiría estafado" asegura Carlos Carrizosa, de Ciudadanos. Un ejemplo más, dicen, de que el 1 de octubre no habrá garantías.