Luis Rendueles, Subdirector de la revista Interviú, asegura que Galván era quien se encargaba de los interrogatorios en la inteligencia militar. Pero su obsesión por los menores provocó su salida de Irak, y fue enviado a Marruecos.
Según Interviú, la misión de Galván en Marruecos era alertar. “La clave del 11-M esta en Kenitra y mandaron a Galván allí”, aunque el CNI niega rotundamente que Galván trabajara para ellos, pero sorprende estuviera en la lista de los indultados redactada por el Ministerio de Exteriores.
El único trabajo que se le conoce fue en la Universidad de Murcia, de administrativo. Sus antiguos compañeros aseguran que era una persona solitaria.
Murcia siempre ha sido para Galván su punto de referencia. Tras su indulto se alojó en un hotel y el mismo día de su detención acudió a la Delegación de Gobierno para solicitar una entrevista personal con el Delegado, pero tras pedirle que dejara sus datos abandonó estas instalaciones. Horas después era arrestado por la Policía.
Según se explica en las diligencias judiciales a las que ha tenido acceso en exclusiva laSexta Noticias, Galván paseaba desnudo delante de sus víctimas, abusaba de las niñas en el baño y si se le resistían utilizaba la violencia.
En España también pudo haber abusado de menores. Ya hay una denuncia contra él en Torrevieja, Alicante y la juez que lleva el caso ha pedido que Galván declare en relación con estos hechos.