El millón de parados con que cuenta Andalucía es una de las principales  preocupaciones de Susana Díaz, pero también preocupa, y mucho, la corrupción, que  también ha salpicado a su partido y antecesores.

La presidenta de la Junta de Andalucía cumple un año en el cargo. Desde el inicio de su mandato, hasta ahora, a Díaz le toca lidiar con  el caso de los ERE y los Cursos de Formación. “Me parece bochornoso y hay que pedir perdón y hay que poner controles para que no vuelva a pasar”, explicaba.

Con sólo diez meses en el cargo, las Elecciones Europeas supusieron el primer termómetro del “Efecto Susana”. “En Andalucía, el PSOE ha ganado las elecciones…”, afirmaba en mayo. Un Efecto, también latente en el seno de su partido, porque desde el inicio, confesó su apoyo incondicional al que ya es secretario de organización del PSOE.

Con La adjudicación de viviendas en la Corrala Utopía, llegó el golpe en la mesa y la primera gran crisis con un socio de gobierno, Izquierda Unida: “Espero en las próximas horas que se retome el diálogo el entendimiento”.  Y aunque ahora muchos la postulan como candidata a la Moncloa, Susana de momento, tiene claro cuál es su lugar.