Eran pocas y se fueron tal como llegaron, precintadas con cinta aislante en una caja. Los verificadores ni tocaron el miniarsenal etarra y el PP cuestiona toda la escena. "Ha sido un sainete con actores bien pagados y extras con un papel desafortunado", ha señalado María Dolores de Cospedal.

El eurodiputado 'popular' Carlos Iturgaiz considera que los miembros de la llamada Comisión Internacional de Verificación para el fin de ETAdeberían ser "detenidos y expulsados" de España y se les debería prohibir volver a entrar en el país, puesto que no cuentan con apoyo del Gobierno y sólo vienen a "dar apoyo a los terroristas y hacer un show" con ellos, "a su servicio".

Lo que reclama el PSOE es que ETA no adquiera un papel principal en la campaña europea. "Le pediría a Cospedal que ETA no entre en la campaña de las Europeas", en palabras de Óscar López. Pero este gesto de Urkullu, un lehendakari legitimando la tarea de los verificadores, le ha servido para cosechar todo tipo de reproches. Rosa Díez se ha mostrado muy dura: "El papel de Urkullu es impresentable, el vídeo de la entrega parece de Berlanga".

Los críticos creen que ETA y la comisión de verificación se rieron de las víctimas, y estos últimos no entienden que las instituciones no abonen el camino para el desarme: "No existe precedente alguno, en ningún lugar del mundo, en que un movimiento armado como ETA se haya ofrecido a emprender un proceso de poner sus armas fuera de uso y eso no reciba el aval de las instituciones".

Un argumento que se repite en el entorno abertzale: "Le pedimos a Rajoy que asome la cabeza y participe del proceso de paz", ha declarado Mikel Errekondo, portavoz de Bildu. Desde Interior se responde que si ETA da la localización de todos sus zulos, Policía y Guardia Civil no tardarán en verificarlos.