La Justicia suiza ha archivado la investigación sobre el dinero que recibió el rey Juan Carlos I de Arabia Saudí. Sin embargo, y aunque se da carpetazo al caso, durante el transcurso de las pesquisas sí que han quedado acreditadas varias cuestiones, entre ellas, que el monarca emérito recibió 65 millones de la monarquía saudí en 2008 y que, para recibir el dinero, dos testaferros, Arturo Fasana y Dante Canonica, crearon en Panamá la fundación Lucum, que luego lo transfirió a un banco suizo.

Algo que, a juicio del fiscal, demuestra un deseo de ocultar esos millones, que según habría dicho el rey a uno de sus testaferros, eran "un regalo de hermano".

Además, al abrir esa cuenta en la entidad bancaria Mirabaud, se incluye el documento de la donación a Juan Carlos I y en la casilla de profesión figura como ocupación "rey".

Fasana confirmó que supo en todo momento que Juan Carlos no había declarado ese dinero en España, aunque defendió que no le dio más importancia porque el 80% de sus clientes con activos en Suiza no declaran el dinero en su país de origen.

Los fondos permanecieron en esa cuenta hasta 2012, cuando, ante los riesgos reputacionales, se cerró y se transfirieron a la examante del rey,Corinna Larsen, una operación de la que da cuenta otro documento. No obstante, estos no fueron los únicos ingresos que Corinna recibió del emérito, sino que este también le entregó dos préstamos para comprarse dos apartamentos en una aldea suiza.

También se detallan unos siete millones de euros en cuentas de Corinna procedentes de Kuwait y de Bahréin, ingresos que, según describe el fiscal, se producían poco después de las visitas oficiales del rey a esos países.

Sin embargo, y pese a todo lo descrito, el fiscal no ha podido establecer una conexión de los fondos con el pago de un soborno por la construcción del AVE a La Meca; no ha encontrado pruebas de corrupción ni con la información que recibió de la Fiscalía española y por eso archiva el caso.