La Universidad Alfonso X El Sabio de Madrid ha nombrado a Esperanza Aguirre doctora honoris causa. En su discurso de investidura ha llamado a los poderes públicos, a los sindicatos y a los empresarios a adquirir un "compromiso firme" con la universidad.
A los primeros, Aguirre les ha reclamado que no cedan a las "presiones" de intereses corporativos dentro de la universidad, mientras que a los sindicatos les ha pedido que no ejerzan en ella "mecanismos de presión similares" a los que activan en las empresas.
Esperanza Aguirre ha aconsejado a los empresarios que tengan en cuenta que "el futuro de las empresas" pasa por la mejora de la competitividad de la universidad.
En plena crisis, ha insistido Aguirre, todos los analistas coinciden en que la manera de mejorar la economía es "mejorar de manera radical" el nivel de todas las enseñanzas.
Aguirre ha defendido el viejo sistema de oposiciones que regía en su etapa como estudiante para mantener la excelencia educativa, ya que, según ha apuntado, "la experiencia posterior no ha demostrado que el abandono de aquellas rigurosas, libres y exigentes y públicas oposiciones haya mejorado el nivel de los profesores de nuestra universidad".
Igualmente, ha abogado por que la universidad no abdique de su función para encontrar a los mejores y para "arbitrar" sistemas para que "ninguno de los más capaces y de los más dotados se quede fuera por falta de medios".
Aguirre ha recibido un birrete rojo, guantes blancos, un anillo y una medalla de la universidad antes de prestar juramento solemne como doctora.
En su discurso ha rememorado los nueve siglos en los que la universidad ha recorrido "la historia de Occidente" y la "plena vigencia" de sus principios a día de hoy.
También ha repasado su trayectoria académica personal y su decisión de iniciar estudios de Derecho, cuya "lógica interna e implacable" y "relación con la vida real" lograron apasionarla, al tiempo que ha recordado a algunos de sus "magnificos" profesores.