"Más allá de la conmoción, que creo no es solo mía, sino por vuestras miradas, creo que es también vuestra, estamos aquí en un día amargo, un día de luto para la democracia", dijo el político y empresario en una multitudinaria concentración convocada en su apoyo ante su céntrica residencia romana, el Palacio Grazioli.
"Brindan porque han llevado a un adversario, a un enemigo, según dicen algunos, ante un pelotón de ejecución, lo que habían esperado desde hace 20 años. Por eso hoy están eufóricos (...) Pero no creo que con esto hayan vencido definitivamente al partido de la democracia y la libertad. Nosotros no nos retiraremos a ningún convento", agregó.
El líder conservador definió esta concentración de "legítima y pacífica" y arremetió, como acostumbra, contra los magistrados de izquierda, que han querido, en su opinión, quitarle de en medio de la vida política.
"Mi condena está basada en teoremas y conjeturas, no está basada en ningún hecho, en ninguna declaración sobre ningún testimonio (...) Con esta sentencia, que clama venganza ante Dios y los hombres, el Senado, es más no todo el Senado, sino nuestros aliados de Gobierno, se han apresurado a mi expulsión del Senado", señaló el ex primer ministro, que fue largamente aplaudido.
"En los casos precedentes, los plazos empleados eran de media de catorce meses. Conmigo en tres semanas todo se ha resuelto (...) No han querido hacer como la ley imponía. Han aplicado retroactivamente a hechos de hace 30 años una ley aprobada el año pasado, violando un principio de base de todo ordenamiento jurídico, el de la no retroactividad", añadió.
El ex primer ministro se preguntó en voz alta qué ocurrirá si las instancias judiciales europeas a las que ha recurrido terminan dándole la razón, absolviéndole por la condena e invalidando la aplicación retroactiva de la llamada "ley Severino", que conmina a los condenados a penas superiores a los dos años a ser expulsados del Parlamento.
Berlusconi pretende además reabrir el caso por el que fue condenado, en base a nuevos documentos y testimonios que dice tener en su poder o estar a punto de recibir, ante la Corte de Apelación de Brescia (norte de Italia).
"Presentaremos la solicitud de revisión del proceso a la Corte de Apelación de Brescia y estoy absolutamente seguro de que darán la vuelta a la sentencia con mi absolución plena. Y entonces, estos señores, ¿qué harán? ¿Me dejarán volver al Parlamento? ¿Me indemnizarán? La respuesta no existe", indicó. Berlusconi, quien se calificó de "soldado de la democracia", apostó de nuevo por la elección directa del presidente de la República y emplazó además a sus seguidores a una nueva Italia, mejor, cuando su partido vuelva a ganar las elecciones.
Aludió además a sus excorreligionarios en el Pueblo de la Libertad (PDL), entre ellos el viceprimer ministro, Angelino Alfano, quienes decidieron escindirse y no acompañarle en el relanzamiento del partido Forza Italia, tras lo que fue interrumpido por los manifestantes que gritaban "traidores".
"Otros se han ido... Pero nosotros seguimos aquí. Estamos convencidos de estar en el lado adecuado, seguros de que no traicionaremos nunca a nuestros electores", subrayó Berlusconi, en referencia a Alfano y los suyos, quienes mantienen el apoyo al Gobierno de coalición de Enrico Letta.