La ministra de Interior, Amber Rudd, ha señalado que esos planes tienen como objetivo evitar que los extranjeros "se queden con trabajos que los británicos deberían hacer". Rudd avanzó también su intención de restringir la matriculación de estudiantes no británicos en las universidades del Reino Unido y tomar medidas para aumentar la proporción de médicos británicos en el sistema público de salud.
"Publicar listas de trabajadores extranjeros no impedirá que las empresas sin escrúpulos bajen los salarios en el Reino Unido. Cerrar la puerta a los estudiantes internacionales no hará que los jóvenes puedan pagar sus deudas con las universidades, y rechazar a los médicos extranjeros no reducirá las listas de espera", dijo Corbyn.
"Los conservadores van a promover la división y la discriminación en nuestras empresas y comunidades", opinó el líder de la oposición en el Reino Unido. También cargó contra los planes de los "tories" el líder del Partido Liberaldemócrata, Tim Farron, que calificó a los conservadores como "imprudentes, divisivos e insensibles". "Son el partido que levanta muros, espía en vuestros correos electrónicos y promueve listas de extranjeros. Todo eso es algo que a la mayoría de la gente le resulta repugnante", afirmó.
El proyecto de los conservadores suscitó asimismo las críticas del director general de la Asociación de las Cámaras de Comercio británicas, Adam Marshall, para quien la obligación de revelar la proporción de trabajadores extranjeros perjudicaría a las empresas que tratan de contratar al personal más cualificado.
"Muchas compañías verían con pena que el hecho de que tener una plantilla internacional fuera visto como un signo de vergüenza", lamentó Marshall.
Por contra, la conferencia sindical británica TUC, que representa a 45 sindicatos y cuenta con cerca de 6,2 miembros en el Reino Unido, subrayó en un comunicado que el país necesita "manejar mejor la inmigración". "Los trabajadores británicos han sufrido la mayor caída en los salarios de cualquier país desarrollado tras la crisis", alertó la central sindical, que pide "actuar con dureza con las empresas que bajan los salarios".