El príncipe Harry ha cargado este martes contra las acciones "perversas" acometidas por los tabloides británicos para obtener exclusivas mediante el hackeo de su móvil, algo que le generó, dice, "paranoias" y "desconfianza" y tuvieron un impacto en "todas las parcelas" de su vida, desde la seguridad hasta las relaciones.

El duque de Sussex, de 38 años, ha comparecido este martes como testigo ante el Tribunal Superior de Londres en el caso abierto contra el grupo Mirror Group Newspapers (MGN), acusado de haber incurrido en prácticas dudosas como la interceptación ilegal de teléfonos para generar información y vender periódicos.

The Mirror le espiaba y el duque de Sussex pone ejemplos. Harry ha asegurado que él no era el primero en acceder a los mensajes de su móvil. "Recuerdo muchas ocasiones en las que escuchaba un mensaje de voz por primera vez que no era 'nuevo'. La notificación en mi móvil muchas veces se desvanecía antes de que tuviera oportunidad de abrirla", ha descrito.

Primero, ha señalado, lo achacó a un fallo informático. Hasta que comenzaron a publicar informaciones privadas que, según él, solo podrían haber conseguido a través de "métodos ilegales". Harry ha declarado que estas publicaciones le hicieron enfermar psicológicamente. "Artículos que decían tener declaraciones de personas cercanas a mí contribuyeron a desarrollar un sentimiento de paranoia con el que me acostumbré a vivir. Sentía que no podía confiar en nadie", ha expresado.

Incluso se llegó a poner en entredicho la identidad de su padre biológico. Comentarios que cataloga de hirientes y crueles. El príncipe Harry ha culpado a los medios de la presión que ejercieron sobre su madre, Diana de Gales y que también dice sufrir él desde muy pequeño. Tras más de 7 horas, ha abandonado levantando el dedo pulgar y sin decir ni una palabra, el Tribunal Superior de Londres, donde volverá este miércoles.