Mientras toda la comunidad europea y el sector bancario chipriota intentan salvar al país de la quiebra, los ciudadanos han empezado a hacer acopio de víveres. Los supermercados han visto como se incrementan las ventas en un 30%, aunque los mercados a pie de calle también han notado una mayor presencia. A este tipo de mercados está yendo las personas con un poder adquisitivo menor, por lo que pueden encontrar productos más baratos.
Los bancos continuarán cerrados hasta el martes, un problema para todos los habitantes de Chipre, ya que empiezan a tener poca liquidez en sus bolsillos. Los principales gastos que preocupan a los chipriotas son el agua y la gasolina, los cuales no podrán pagar si no disponen de su dinero de inmediato.
Pero no sólo los chipriotas son los únicos que se han visto afectados por esta crisis, ya que hay una extensa colonia de británicos y de rusos que acuden allí buscando el sol y que ingresan su dinero en los bancos de la isla. Al igual que los habitantes de Chipre, no pueden retirar el dinero de los bancos al igual que no pueden realizar trasferencias.
Entre las últimas medidas aprobadas por el gobierno está la de dividir su mayor entidad financiera en un banco bueno y otro malo. Los empleados de banca de Chipre han protestado para exigir que sus puestos de trabajo sean respetados.