Las protestas de los agricultores franceses no cesan. Prueba de ello es la imagen de neumáticos ardiendo en una carretera de Montauban, en el suroeste de Francia. A los trabajadores no les convencen las palabras del primer ministro francés Gabriel Attal. En las últimas horas se ha desplazado a Agen, epicentro de las protestas. Allí ha cambiado el atril por una alpaca de paja y ha presentado su paquete de medidas.

Entre ellas, el fin de la subida gradual del impuesto al diésel, aumentar en 50 millones de euros la inversión en agricultura ecológica y sancionar a grandes empresas que no respeten el reparto justo de los ingresos con los productores. "Me niego a dejar nuestra agricultura a merced de la competencia desleal", ha dicho.

Pero sus palabras han dividido a los principales sindicatos y los agricultores. "No me convencen del todo sus propuestas", expresaba uno de los manifestantes ante las cámaras. En algunos puntos del país ya han levantado el bloqueo para reorganizarse y bloquear París a partir del lunes.

Mientras, el bloqueo sigue haciéndose notar al otro lado de la frontera. La Junquera estaba hace unas horas con cientos de camiones a la espera de saber si podrán cruzar en mitad de la tensión.