La reportera húngara que pateó y puso zancadillas a refugiados mientras querían huir, lamentó su comportamiento, que justificó debido a un ataque de pánico. En una carta publicada en la prensa local, asegura que no se merece "la caza de brujas política" contra ella e insiste en que solo es una mujer "que en una situación de pánico tomó una decisión equivocada".