Dick, de 56 años, reemplazará en el cargo de mayor relevancia de la policía del Reino Unido a Bernard Hogan-Howe, que anunció el pasado año su retirada tras cinco años y medio en el puesto.
La nueva comisaria, que trabajaba desde hacía dos años para el ministerio de Asuntos Exteriores y que previamente había sido responsable de la unidad antiterrorista de la Met, era la candidata favorita para desempeñar ese trabajo.
Los otros aspirantes a reemplazar a Hogan-Howe eran el subcomisario de la Policía Metropolitana Mark Rowley, la presidenta del Consejo Nacional de Jefes de Policía, Sara Thornton, y Stephen Kavanagh, jefe de la policía de Essex.
Tras conocer su designación, Dick afirmó sentirse "encantada y honrada" y manifestó sus ganas de "trabajar de nuevo con los fabulosos hombres y mujeres de la Met". "Esta es una gran responsabilidad y una fantástica oportunidad", indicó la nueva jefa de Scotland Yard.
Por su parte, la ministra británica de Interior, la conservadora Amber Rudd, tildó a Dick de "líder excepcional" con una "clara visión para el futuro de la Policía Metropolitana y un conocimiento de la amplia variedad de comunidades a la que sirve". "Ahora asume uno de los trabajos más exigentes e importantes y de más alto perfil, frente al contexto de alerta terrorista y de amenazas crecientes de delitos de fraude e Internet", observó la ministra.
Cressida Dick fue la oficial a cargo de la operación policial que acabó, por error, con la vida del brasileño Jean Charles de Menezes el 22 de julio de 2005 en el metro de Londres, cuando fue confundido con un presunto terrorista.
Menezes, que tenía 27 años y trabajaba como electricista, murió al recibir ocho tiros (siete en la cabeza y uno en el hombro) de agentes de la brigada antiterrorista de Scotland Yard en la estación de metro de Stockwell, sur de Londres.
Los agentes, supervisados por Dick, tomaron al joven por uno de los terroristas que perpetraron los atentados fallidos de la víspera contra tres estaciones de metro y un autobús urbano de la capital (21-J). La gestión de Dick en ese caso le reportó una enorme presión si bien un jurado la eximió de cualquier responsabilidad en la muerte del brasileño.