El primer ministro francés, Manuel Valls, ha reconocido que la decisión judicial de liberar a uno de los dos autores del atentado contra una iglesia en Francia y de someterle a vigilancia electrónica fue un error, pero ha rechazado que su lucha contra el terrorismo llegue a crear un Guantánamo "a la francesa".
"Fue un fallo, hay que reconocerlo. (...) Pero no voy a ser yo quien, despreciando todo equilibrio de poderes, caiga en la vía fácil de culpar a los jueces de ese acto terrorista. Cada decisión es de una gran complejidad", señala en una larga entrevista en el diario "Le Monde".
El reconocimiento de ese error se produce en relación con Adel Kermiche, abatido por la policía el pasado junto a Abel Malik Petitjean tras haber asesinado a un cura que estaba oficiando una misa en la parroquia de Saint-Étienne du Rouvray, en las afueras de Ruán (noroeste).
Valls ha dicho estar abierto a toda propuesta de mejora en materia antiterrorista, siempre y cuando no franquee el estado de Derecho: "Encerrar a individuos en centros con la sospecha como única base es moral y jurídicamente inaceptable. Por otra parte, no sería eficaz. Mi Gobierno no va a ser el que cree un Guantánamo a la francesa".
El jefe del Ejecutivo se defendió igualmente de las críticas recibidas contra el dispositivo de seguridad tras los atentados de Niza el 14 de julio y en esa iglesia el día 26, y pidió que cesen "las acusaciones graves y nauseabundas sobre una presunta mentira de Estado".