El jefe del Ejecutivo de Hong Kong, Cy Leung Chun-ying, ha rechazado que fuera a dimitir como piden los manifestantes.

En un discurso antes de presidir la reunión semanal del consejo de gobierno, Leung alejó la posibilidad de "cualquier cambio personal" porque, según él, sólo conducirá a Hong Kong a elegir a otro líder bajo el sistema establecido por Pekín .

El perfil bajo adoptado por las autoridades, que sin duda han tenido en cuenta el efecto llamada causado por el uso de gas pimienta y lacrimógeno, ha hecho que los agentes se hayan retirado y sólo estén protegiendo la sede del Gobierno local y otras instituciones.

Además,Leung descartó profundizar en qué hará su Ejecutivo para gestionar la ocupación del corazón de la ciudad. No obstante, Leung reiteró que "la continuidad de los actos ilegales no hará al Gobierno central retractarse de su decisión sobre la reforma política de Hong Kong".

"Los líderes de 'Occupy Central' han dicho repetidas veces que si el movimiento pierde el control pedirán que acabe. Ahora les pido que cumplan la promesa que han hecho a la sociedad y que detengan esta campaña inmediatamente", señaló el jefe del Ejecutivo regional.

Leung aseguró que el bloqueo de calles por parte de los manifestantes ha afectado a los servicios de emergencias, como ambulancias o bomberos. También se hizo eco de los rumores comenzaron a circular por la manifestación de que el Ejército chino o la policía de China continental serán movilizados para sofocar las protestas.

La organización 'Occupy Central' anima a todas las personas a seguir aguantando hasta que se celebran los 65 años de la llegada al poder del Partido Comunista y donde se espera que tengan lugar concentraciones mayores al ser día festivo en la isla.

Las escuelas en varios distritos céntricos de la ciudad siguen cerradas y muchas líneas de autobuses siguen suspendidas o con desvíos, aunque la red de metro ha recuperado la normalidad.

Los objetivos de la protesta se centran en pedir la dimisión del jefe regional, considerado un "títere de Pekín" por ciudadanos de Hong Kong y, posteriormente, garantizar que en las elecciones de 2017 la ciudadanía de la isla pueda votar libremente a sus líderes, como prometió Pekín que haría cuando pasó a gestionar la ex colonia británica.