Alex Radita, un menor canadiense de 15 años, murió en 2013 tras no recibir la medicación que necesitaba para la enfermedad de diabetes que padecía. Ahora se juzga a sus padres como presuntos culpables de llevar a la muerte al menor al no proporcionarle la mediación.
En el juicio han aparecido varios testimonios que apuntan a que el menor tenía presentaba un estado de salud lamentable y los agentes que vieron el cadáver han afirmado que se le podían ver marcados todos los huesos del cuerpo.
El menor sólo pesaba 15 kilos y presuntamente, los padres esperaron 36 horas para avisar del fallecimiento.