Tan solo unas horas después de los atentados con más víctimas mortales de la historia, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, presenta a la sociedad internacional su guerra contra el terrorismo.

"Nuestra guerra contra el terrorismo comienza con Al Qaeda, pero no termina allí. No terminará hasta que todos los grupos terroristas de alcance mundial hayan sido encontrados, detenidos y derrotados", afirmaba entonces el mandatario.

Un hecho que, como ha explicado el investigador del Cidob Moussa Bourekba, no se ha cumplido: "Vemos, 20 años después, no sólo que este objetivo no ha sido logrado sino que se produjo lo contrario. No se ha erradicado Al Qaeda. El número de grupos terroristas y el alcance de estos grupos yihadistas ha ido incrementando con el tiempo".

Los yihadistas han sabido crecer en el caldo de cultivo generado por las guerras iniciadas al calor de esa lucha contra el terrorismo al que, insisten los expertos, no se puede vencer por medios militares.

"Es como coger una metralleta para matar a mosquitos. El hecho de haber fijado objetivos imposibles de alcanzar es seguramente la explicación de que esta guerra haya sido interminable", ha reivindicado el investigador.

Jesús Núñez, codirector del Instituto de Conflictos y Ayuda Humanitaria (Iecah), ha aseverado que "Lo que se hace es abrir una puerta y mantenerla abierta, selectivamente, para atender no al terrorismo, sino para ir adelante con una agenda que lo que buscaba era consolidar su supremacía a nivel mundial".

Bajo ese paraguas se produjo una invasión de Irak que no sólo no estabilizó el país, sino que generó una nueva amenaza terrorista: el ISIS.

Dos décadas de estrategia fallida de la que algunos han sacado partido. "Muchos asesores, muchos contratistas privados hayan vivido de esa ficción que ha hecho que muchos crean que, por ejemplo, las fuerzas armadas afganas podían aguantar y no colapsar", ha expresado Núñez.

Terminadas las grandes intervenciones de Afganistán e Irak, se apuesta por los asesinatos selectivos y ejecuciones extrajudiciales de terroristas impulsados desde la época de Obama. Ahora, el número de yihadistas se cuadruplica respecto a la cifra de hace 20 años.