Hoy se han celebrado los funerales por los cuatro niños de la familia Dalú, han sido enterrados envueltos en la bandera palestina. En el sexto día de castigo otro misil cae en la ciudad de Gaza. Al amanecer se aprecia la magnitud del impacto, un inmenso cráter se abre paso en medio de un área residencial. Once personas han muerto, muchos de ellos pasaran a las listas de víctimas como daños colaterales.
Hamás dice que más del 50% son víctimas civiles, Israel dice que no llegan al 30%. La tragedia se está cebando con los vecinos de Gaza, indistintamente de si son soldados o civiles. Tres hermanos que conducían una furgoneta cargada de tomates para ir al mercado fueron aniquilados por otro misil. Esos tomates servían, supuestamente, para bombardear Israel. Es el desproporcionado castigo que Netanyahu ha decidido por los cohetes de Hamas.
Proyectiles poco efectivos interceptados además en un elevado porcentaje por el sistema antimisiles israelí ‘Cúpula de hierro’. Gaza se ha convertido en una gigantesca prisión cercada por tierra, mar y aire. Mientras, en los alrededores de la Franja, 40.000 soldados esperan la orden para atacar por tierra.