Se trata de la primera vez que el Gobierno estadounidense publica información sobre el alcance de su controvertido programa de inteligencia, aunque los datos corresponden solo al 2013 y no están muy detallados.
Así, por ejemplo, el término "objetivo" puede hacer referencia a un individuo pero también a una organización o grupo compuesto de múltiples individuos y también a un gobierno extranjero, según explica el propio informe.
Según la legislación estadounidense, la Agencia Nacional de Inteligencia (NSA, por sus siglas en inglés) puede interceptar sin necesidad de una orden judicial las comunicaciones de extranjeros que vivan fuera de EEUU para obtener información de inteligencia.
Un tribunal secreto creado tras los atentados del 11 de septiembre del 2001 contra Washington y Nueva York y conocido como FISA dio luz verde a la recolección diaria de prácticamente todas las llamadas de teléfono realizadas dentro de EEUU.
La Cámara de Representantes de EEUU dio en mayo un primer paso para limitar esos poderes, al aprobar poner fin al almacenamiento masivo de datos telefónicos por parte de la agencia.
El proyecto de ley prohíbe a la NSA almacenar por su cuenta miles de millones de "metadatos" telefónicos, incluidos los de la práctica totalidad de las conexiones telefónicas de los estadounidenses.
Ahora deberán ser las compañías telefónicas estadounidenses las que mantengan esa información, que se limitan a número teléfono, duración de la llamada o localización, durante 18 meses.
La NSA tendrá acceso a los mismos solo mediante una autorización judicial en la que provea detalles de la razón específica por la que se desean rastrear comunicaciones y para investigar planes terroristas orquestados desde el extranjero. La medida está pendiente de aprobación en el Senado.