Khuram Butt era el líder de los terroristas, un hombre tan radicalizado que era capaz de salir en televisión sin pudor. Su estado de Whatsapp era, desde el pasado mes, un versículo del Corán.

Tenía 27 años y dos hijos, había nacido en Pakistán pero llevaba toda su vida en el Reino Unido. Se cree que era el cabecilla y sí, estaba fichado por los servicios secretos británicos.

Aficionado del Arsenal, eligió la camiseta del club como su última vestimenta. En el vecindario, se dedicaba a intentar adoctrinar a niños. Se le oyó decir que mataría a su madre por Alá.

Rachid Redouane es otro de los terroristas, tenía 30 años, no está claro aún si es de origen marroquí o libio. Llevaba encima un carné de identificación de Irlanda. No estaba fichado. Este repostero no levantó las sospechas de nadie.

Youssef Zaghba es el tercer terrorista confirmado por las autoridades. Tan sólo tenía 22 años. Hijo de un marroquí y de una italiana, ambos separados. Fue detenido en Bolonia cuando intentaba viajar a Siria vía Turquía. Fue absuelto de terrorismo internacional, pero estaba fichado por la inteligencia italiana, que avisó al Reino Unido de su peligrosidad.

Ellos llevaron a cabo una masacre que ensayaron: nueve minutos antes del atropello, pasaron con la furgoneta por el puente. Ahora surge la pregunta: ¿se pudo evitar? dos de los tres terroristas estaban fichados por los servicios secretos.