La angustia se apodera de quienes echan en falta a alguien de la torre Grenfell conforme el recuento de desaparecidos se acerca al centenar. Como Hakim, un chico que, deshecho, teme haber perdido a toda su familia en el piso 17.

Telefónico fue también el último contacto que tuvieron los hermanos Alhajali, refugiados sirios. Omar perdió a Mohamed, primera víctima identificada, entre el humo, cuando los rescatistas llegaron a su apartamento: "Él me preguntaba '¿por qué me has dejado atrás?'. Contesté: 'yo no te he abandonado (creía que te habían sacado)".

Mohamed huyó de Al Assad y la guerra, pero no pudo esquivar las voraces llamas. Estas se habrían propagado velozmente, según teorías preliminares, por escatimar en las obras del año pasado. Los vecinos han descargado su indignación sobre el alcalde, Sadiq Khan.

Entre críticas, la primera ministra, Theresa May, ha visitado a los heridos. La reina y el príncipe Guillermo se han acercado a solidarizarse con los afectados en el pabellón que les acoge. Las autoridades calculan ahora que tardarán meses en investigar e identificar a las víctimas mortales, que, según los medios, pueden superar con creces el centenar.