Pintado de amarillo y azul recorre Ucrania de una punta a otra para trasladar heridos. Donde antes había asientos y hueco para maletas; ahora hay monitores, camillas y respiradores que salvan vidas. Yaser Kamaledin, coordinador del proyecto, asegura que se trata de un tren único desarrollado para el contexto de Ucrania. "Un conflicto todavía muy activo", añade.

Desde finales de marzo, Médicos Sin Fronteras ha trasladado a 653 civiles hacia zonas más seguras en Ucrania. Pacientes con heridas de todo tipo: "explosiones, amputaciones traumáticas, metralla y heridas de bala", señala la médica Albina Zharkova. Cuentan historias estremecedoras de niños, mujeres y hombres atrapados por la guerra. Como la de Ivan Semenovich: "Lo recuerdo todo. Hubo una explosión, me caí y me torcí la pierna. Mi hijo me arrastró al sótano de casa y después vinieron los médicos". O la de Svetllana: "Yo estaba en casa salí y noté una explosión".

El 11% de los pacientes transportados con traumatismos relacionados con la guerra eran menores de 18 años y el 30% mayores de 60. Más del 40% de los heridos que han evacuado en el tren han sido ancianos y niños. Una prueba, según la organización, de la falta de protección a los civiles en la guerra. La mayoría de los pacientes señala a las fuerzas militares rusas como responsable de las lesiones.