Después de más de diez años gobernando tras la sombra de Fidel, Raúl Castro se queda solo al frente de la dictadura castrista. Desde que el mandatario cubano heredó la presidencia, siguió la línea de su hermano pero con un tono más bajo. Limitó los mandatos políticos a un máximo de diez años, una medida sin precedentes en Cuba.

Castro destituyó a pesos pesados del Partido Comunista y hombres de confianza de su hermano, pero todavía quedan figuras de la vieja guardia revolucionaria que podrían recoger el testigo del régimen como José ramón Machado Ventura y Ramiro Valdés, cuando en poco más de un año, caduque el mandato de Raúl Castro, que ya ha dicho que gobernará solo hasta 2018.

Frente a los históricos de la revolución, en las quinielas para heredar suenan también nombres de otra generación, como el del vicepresidente Miguel Díaz Canel, designado por el propio mandatario cubano o el de su único hijo varón, Alejandro Castro Espín, que ya tuvo la oportunidad de conocer a Obama.

Precisamente, esa visita del expresidente estadounidense a la Habana fue el antes y el después del aperturismo del régimen. Una apertura que con la muerte del dictador, y contra todo pronóstico, podría ralentizarse, según los expertos.

"Porque ahora viene un momento de mucha inestabilidad y mucha incertidumbre sobre el futuro, y el régimen no se puede permitir un estallido social", asegura Elena Larrinaga, presidenta del Observatorio cubano de los Derechos Humanos. Un sistema cuya continuidad está en juego tras más de 57 años de régimen castrista.