Con su cabello al descubierto, decenas de mujeres han competido liberadas del velo obligatorio en una carrera de atletismo en la ciudad de Chiraz, un acto de valentía para protestar contra de la imposición del régimen iraní de llevar hijab. Algunas de las que se han atrevido llevaban gafas de sol para ocultar su rostro.
Estas imágenes ya han tenido las primeras consecuencias. Por un lado, el presidente de la Federación de Atletismo de Irán se ha visto obligado a dimitir, una dimisión en la que ha aclarado que su federación no organizaba el evento y que las mujeres que no llevaban velo no formaban parte del grupo de atletas de su organismo. Por otro, la fiscalía ha convocado a los organizadores de la competición para que den explicaciones porque este incidente se produce en un momento de estricto control en el país.
Hace solo unas semanas entró en vigor un nuevo plan de la policía para vigilar que las mujeres lleven velo en la calle y reprimir así un gesto que se ha convertido en un símbolo de protesta a raíz de la muerte de Mahsa Amini el pasado mes de septiembre.
De hecho el régimen de los ayatolás ha cerrado ya cerca de 150 comercios, tiendas y restaurantes por permitir que las mujeres fueran sin velo. Un gesto que también tiene consecuencias para las mujeres y niñas a partir de nueve años que sean identificadas. Primero, recibirán un aviso del castigo legal al que se enfrentan, desde una multa hasta pena de cárcel e incluso pueden ser privadas de determinados servicios sociales.
Una represión sin límites que también carga contra los hombres. Este lunes, dos han sido ahorcados, supuestamente, por blasfemia, por insultar al islam y promocionar el ateísmo.