Si Rusia aprieta el botón nuclear, las reglas desaparecerían. Eduardo Saldaña, codirector de 'El Orden Mundial', asegura que, en ese caso, se habrían roto todas las normas del orden internacional.

"Estamos en el momento más delicado en el escenario nuclear desde la crisis de los misiles de Cuba", señala. Por eso, en caso de que las amenazas de Putin se cumplan, el objetivo será claro: escalar para desescalar. Yago Rodríguez, director de 'The political room', explica que el objetivo es provocar una escalada para que la otra parte entienda que estoy entre la espada y la pared. "Y ahí intento abrir via diplomática", añade.

Así, la opción más probable, en caso de que Rusia se arriesgue y avance en la escalda, es que sea un ataque medido y controlado para dejar claro que esta vez, no es un farol. Esto obligaría a la OTAN y a Estados Unidos a reaccionar. ¿De qué forma? Rodríguez señala que solo tienen dos opciones: dejar tirada a Ucrania, forzándola así a negociar, o dar una respuesta a la acción rusa. Esta podría ser una respuesta a través de nuestras propias armas nucleares o con otra clase de gestos.

En el caso de no responder, se estaría legitimando a otros actores a usar las armas nucleares más a menudo. "A decir: vale, no hay barreras", explica Saldaña. La amenaza de Putin preocupa porque la doctrina nuclear rusa, que no es nada clara: legitima el uso nuclear si se ve amenazada la integridad y la supervivencia del estado. ¿Qué quiere decir esto? Nadie lo sabe, asegura. Mientras que los límite de Rusia son ambiguos, en el resto del planeta solo se justifica el uso de estas armas cuando se ha usado una de ellas contra su territorio.

Con Putin contra las cuerdas, la clave ahora están en el avance de las tropas ucranianas y en el peligro que corra su figura como líder ruso.