Jamie no sabe si podrá llevar a su hijo Sammy a la guardería la semana que viene. "Esta semana ha podido ir porque mi madre la ha pagado", afirma Jamie Rodny.

Es una de las funcionarias de Estados Unidos que no cobra su sueldo por el cierre parcial del Gobierno. A 380.000 trabajadores les han mandado a casa porque no les pueden pagar. Otros 420.000 tienen trabajos considerados 'esenciales' y tienen que trabajar pero tampoco cobran.

No les pagan porque no hay acuerdo para los presupuestos. Y todo porque Trump quiere dinero para el muro y los demócratas no se lo dan. Hasta que la situación no se resuelva, ellos siguen sin sueldo. Con todo lo que eso supone.

"Si ella no cobra la semana que viene, pues no podremos pagar o la hipoteca o la mitad de las facturas que tenemos que pagar", explica Benjamin Rodny, el marido de la afectada.

Porque muchos funcionarios de Estados Unidos viven al día. Pero ni siquiera los que tienen ahorros pueden permitirse esta situación. "¿Cómo estiras el dinero que tienes ahorrado cuando no sabes cuánto va a durar esto?", dice Matthew Crichton, un funcionario afectado por el cierre de Gobierno de EEUU.

Algunos incluso han iniciado campañas en webs de micromecenazgo. Piden fondos para pagar desde la hipoteca o el alquiler hasta pañales o comida.

Ya hay quien les está echando una mano. En un local sirven hamburguesas gratis a los funcionarios afectados por el cierre de gobierno. Lo mismo hace en sus restaurantes el chef español José Andres.

Ellos agradecen la ayuda pero lo que quieren es volver a cobrar por hacer su trabajo.