El primer ministro británico, Boris Johnson, y su mujer Carrie han anunciado el nacimiento de su segundo bebé en común, una niña. Se trata del segundo retoño de Johnson desde que ocupó su cargo en el Gobierno del Reino Unido, aunque esta recién nacida es su séptima hija.

Tanto Carrie Johnson como la bebé se encuentran en buen estado, ha precisado un portavoz de la pareja. El nacimiento ha tenido lugar en un hospital de Londres este mismo jueves. "Ambas, madre e hija, están bien. La pareja quiere agradecer al brillante equipo de maternidad de la NHS (la sanidad pública británica) por sus cuidados y apoyo".

La pareja se casó en mayo de este año y ya tenían un hijo, Wilfred, que nació en abril de 2020. La feliz noticia llega tras el anuncio de Carrie Johnson de su embarazo este julio en un post de Instagram, donde también reveló que había sufrido un aborto espontáneo unos meses antes.

Johnson, en la cuerda floja

Johnson se encuentra sumido en un gran escándalo en las últimas horas, que lo tiene contra las cuerdas. La filtración de una falsa rueda de prensa en la que la portavoz de Downing Street Allegra Stratton reconoce e incluso bromea sobre la celebración de una fiesta en diciembre de 2020, en contra de los criterios fijados entonces para contener la pandemia del COVID-19, han vuelto a enturbiar la imagen del Gobierno de Boris Johnson en un momento en que se prepara para adoptar nuevas medidas con las que limitar la expansión de la variante ómicron del coronavirus.

Downing Street ha desviado hasta ahora las críticas en torno a la supuesta fiesta, a la que asistieron el 18 de diciembre de 2020 "decenas" de personas, según la radiotelevisión pública BBC. La doctrina oficial pasaba entonces por prohibir las reuniones en interiores salvo para miembros de una misma burbuja familiar y limitar al máximo los contactos.

Stratton ha presentado su dimisión como portavoz en las últimas horas a raíz del escándalo, y Boris Johnson se ha visto obligado a pedir perdón. Sucedió este miércoles, nada más comenzar la sesión de control en la Cámara de los Comunes, para intentar frenar la avalancha de críticas desatada entre los diputados conservadores y los partidos de la oposición.

"Estoy furioso. Pido perdón por esta ofensa a todo el país y por la impresión que ha dejado", dijo Johnson en una declaración que llevaba escrita. "Se me dijo en todo momento que no había habido fiesta, y que en todo momento se habían respetado las normas. He ordenado una investigación interna, y habrá sanciones disciplinarias si se encuentran culpables".