Los vecinos y compañeros del asesino lo recuerdan como un chico tímido desde pequeño y muy inteligente, pero nunca violento. No tenía redes sociales ni le gustaban las fotos. Algunos de sus familiares apuntan a que el divorcio de sus padres convirtió a Adam en un lobo aún más solitario.
Marsha Lanza, la tía del asesino, ha declarado a los medios que "siempre te dices 'esto nunca me pasará a mí' pero ha pasado". Tanto su hermano Ryan como su padre están colaborando con la policía.
El padre de Adam, Peter Lanza ha dicho en un comunicado que "no hay palabras para expresar lo desconsolados que estamos, nosotros también nos estamos preguntando por qué".
Algunos medios estadounidenses apuntan a que el día anterior a la masacre Adam tuvo un altercado con cuatro trabajadores del colegio. Tres de ellos murieron en el tiroteo y el cuarto estaría siendo ahora interrogado por la policía.