Miriam, Alicia y Nuria recuerdan cómo hace un año les cortaron las alas, porque Spanair dejó de operar, por sorpresa, y se quedaron en la calle. "Me llamaron por teléfono y me dijeron que habían escuchado por la radio que Spanair cerraba y yo que trabajaba allí, no lo sabía", cuenta Nuria Bartolomé, un año después del cese.

Como ellas, el resto de trabajadores no han recibido aún ni un solo euro de su indemnización. Encontrar trabajo es prácticamente imposible y su principal problema es la edad.

"Llevo un año mandando mi currículum a compañías extranjeras y españolas y no hay manera", asegura Miriam Vicente, otra de las trabajadoras afectadas por el cierre de la aerolínea.

Además de los dramáticos despidos, también hay 30.000 viajeros que esperan recuperar lo que pagaron por un billete a ninguna parte. De ocurrir hoy un caso similar, el problema se repetiría, porque el Gobierno, en todo un año, no ha introducido ninguna normativa que proteja a los viajeros.