La división de España entre resistentes y vulnerables provocada por la crisis queda patente si atendemos a un indicador clave: el desempleo. "Las tasas de paro cambian y evolucionan de forma cíclica según el crecimiento de la actividad económica pero, en cambio, la distribución territorial es bastante más permanente", explica Ricardo Méndez del CSIC.

En esa distribución territorial son Andalucía con un 34,8% de paro; Canarias con un 32,4%; Ceuta, 31,9%; Extremadura, 29,8%; Castilla-La Mancha, 29,0% y Melilla con un 28,4%, las comunidades que más sufren este desempleo. Las que tienen mejores datos, en contraposición a estas 5, son: Navarra y País Vasco, también zonas más resistentes a la crisis económica.

Uno de los motivos de esta desigualdad ha sido el boom inmobiliario. "Estaba muy centrado en algo con poca inversión en nuevas tecnologías y un sector poco innovador como es la construcción. Con la llegada de la crisis, es el primero que se ha caído", asegura Julio Pérez del CSIC.

"Mantienen economías que difícilmente llegan a generar empleo suficiente y de calidad", afirma Ricardo.También existe desigualdad laboral si tenemos en cuenta el desempleo juvenil. Las mayores tasas se encuentran en Ceuta; que se posiciona la segunda en la lista, Andalucía, en el tercero, seguida de Castilla La Mancha, y por último, Canarias en décimo lugar. Las mejores regiones europeas en cuanto a este indicador se encuentran en Alemania.

"En el norte los jóvenes encuentran trabajo antes, el nivel de estudios es más alto y se emancipan antes. En el sur, la estrategia es otra: ya que no tienes todo eso, te 'cuelgas' mucho más de la familia", asegura Julio. Unas desigualdades que, según los expertos, tienen su origen en la inercia social y demográfica que es anterior, incluso, a la crisis económica.