El fin de la conocida como "renta antigua" causa el cierre de miles de locales comerciales. Dichos establecimientos pagaban por sus locales un precio limitado y a partir del 1 de enero deben ajustarse al de mercado, lo que obliga a que muchos de ellos, sobre todo en las grandes ciudades, a echar el cierre. Los autónomos hablan de más de medio millón de empleos que corren peligro.

"Tenemos que cerrar porque el precio es inasumible", declara ramón Luis después de que le quisieran subir el alquiler de 4.000 euros a 14.000. Según los pequeños empresarios, la aplicación de esta medida llega en el peor momento, porque "cuando se aprobó la esta ley no se podía prever la enorme crisis que atravesamos".

Afecta, sobre todo, a las zonas más turísticas de las ciudades. "Estas zonas están demandadas por grandes cadenas que ejercen gran presión sobre el precio de la renta y que el comercio tradicional no puede soportar", comentan desde una inmobiliaria.

Si los propietarios de los locales no quieren negociar, a los comerciantes sólo les queda el traslado. "Nos vamos a ir a un local a otro barrio donde vamos a pagar un alquiler más acorde a nuestra empresa", asegura Salvador, uno de los afectados.

Con el inicio de 2015 desaparecen miles de locales emblemáticos del centro de nuestras ciudades.