Durísima imagen la que ha dejado Rafa Nadal en la madrugada de este miércoles en Melbourne. Con 4-3 en contra en el segundo set, Nadal notó "algo" en la cadera y, con 5-3, pidió asistencia médica.

El número dos del mundo, que "defendía la corona", se negó a retirarse de la Rod Laver Arena y siguió jugando, pero sin poder exprimir su revés ni correr.

Eso sí, su círculo sabía que pese a su empuje, el cuerpo no le daba. Desde la grada, Mery Perelló, esposa de Nadal, y Carlos Moyá, entrenador de manacorí, se vinieron abajo tras ver a Rafa caer nuevamente lesionado.

Mery estaba sentada dos asientos detrás de Moyá y, tras romper a llorar, Maribel Nadal, hermana de Rafa, trató de consolarla.