Alex Schwazer ha sido uno de los atletas italianos con más talento y a la vez más polémico de los últimos años. Ahora ha relatado toda su relación con el dopaje en su biografía 'Después de la meta'.

En ese libro ha llegado a afirmar que "pensaba como un toxicómano" ya que se convirtió en adicto a las sustancias dopantes: "Era un yonqui, iba a Turquía a doparme. De Innsbruck a Viena y de Viena a Antalya".

"Pensaba como un toxicómano. Fue algo irrazonable. Estaba dispuesto a mentir, porque drogarse y doparse también significa mentir", desvela el italiano.

El momento en el que se rompió llegó cuando le prohibieron competir en los Juegos Olímpicos: "Quizá este verano, con la absolución legal en Italia y la prohibición para competir en los Juegos Olímpicos, algo se rompió dentro de mí y decidí cerrar mi etapa del pasado".

"Me sentía listo y le di el libro a mi entrenador, Sandro Donati, y a mi abogado Gerhard Brandstätter, al que le dije que no esperase un libro de investigación, porque solo hablaba de mi vida. No pude encontrar la motivación para escribir 50 páginas sobre cómo gané en Pekín, el dopaje o lo que pasó antes de los Juegos de Río. Muchos puntos de mi historia han sido tiernos, no quería que el libro incluyera pensamientos de odio o resentimiento. No les di espacio a las personas que me hirieron ni a las que se subieron al carro cuando gané y se bajaron en los malos momentos", dice.

"Cuando toqué fondo me pregunté cómo había llegado a esta situación. Ese día marcó el renacimiento del hombre que tenía dentro y que no encontraba espacio para salir. Estaba en un laberinto inmenso y aparentemente sin salida. Un laberinto en el que perdí todo: la persona que era, mi novia, la credibilidad, la dignidad. Ahora he salido de ahí. Sobreviví a una emboscada, una trama tortuosa y cruel que en otras ocasiones me habría aniquilado", finaliza en su reflexión.