Su principal fuente de ingresos a través del patrocinio le abandonó en mitad del campeonato de Europa de rallies. Pero a través de donaciones gracias a internet, Chris Ingram recibió 100.000 euros para poder acabar la competición.

Llegaba como líder al último tramo, pero a escasos kilómetros de meta el británico pinchó y parecía todo perdido... hasta que su rival tampoco pudo acabar la carrera por una incidencia en el coche.

En el recuento de votos, con la voz entrecortada por la emoción, comunicaron a Chris que era el nuevo campeón de Europa de rallies, tras lo que el joven piloto rompió a llorar preso de una emoción que solo él conoce.