Como volver a empezar. Como tener que volver a subir una cuesta que parecía no tener fin y que ahora, de nuevo, vuelve a estar casi en completa línea vertical. El Real Madrid se la ha pegado justo en el partido en el que menos se podía permitir tropezar. Ha caído en casa, tras un exigente derbi y tras una victoria a lo campeón en Amsterdam. Los blancos, ante el Girona, se dejaron remontar el 1-0 inicial de Casemiro para terminar cayendo por 1-2 y viendo además cómo Sergio Ramos ponía rumbo a vestuarios por una justa doble amarilla.

Y eso que poco hacía presagiar que todo pudiese acabar en tragedia tras la primera parte. Porque, antes del paso por vestuarios, el Real Madrid mandaba. El Real Madrid dominaba. Y el Real Madrid, por la inercia de su buen juego, ganaba. Ganaba por 1-0 y bien podía haberse ido ganando por más goles. El Girona lo intentaba, pero los blancos estaban bien situados y espoleados por sus buenas actuaciones recientes.

Aunque algo ya se dejaba intuir tras un encuentro en Amsterdam en el que el nivel bajó, los de Solari tenían la sonrisa dibujada en la cara. Más aún tras el gol de Casemiro en una acción a balón parado. Sin Modric y sin Vinicius, pero con Ceballos y Asensio, dos internacionales con España, el Real Madrid parecía tener todo bajo control y Bono era uno de los más destacados de los gerundenses.. sino el que más.

Pero algo debió pasar en esos 15 minutos que Eusebio tuvo con los suyos en el vestuario porque, al regresar, el Girona parecía otro equipo completamente diferente. Y el Real Madrid también. Los catalanes, con dos cambios en la vuelta a la acción, comenzaron no solo a acercarse al área de Courtois sino a maniatar por completo a su rival. No podían hacer gran cosa ante un contrincante que cambió el agua en calma de la primera parte por un tsunami ofensivo que acabó como tenía que terminar.

Primero la tuvo Lozano. En la misma jugada, y con todo a favor, Aleix García remató incomprensiblemente arriba. Pero en la siguiente Stuani no falló. Fue desde los once metros, tras unas evidentes manos de Sergio Ramos en el área en una parada que habría firmado Courtois. El uruguayo, tranquilo, batió al belga e introdujo al Real Madrid en una caraja de la que no saldría.

A los diez minutos llegó el segundo. Pudo haber llegado antes, pero tras varias acciones de peligro fue Portu el que aprovechó una gran intervención del belga para, con él en el suelo, poner el segundo del Girona en el marcador. A partir de ahí, ofensiva sin control de los blancos con centros y centros al área para aprovechar su más que evidente peligro aéreo. Pero sin Ramos hay menos peligro, y Sergio se fue a la calle por doble amarilla tras un intento de chilena que cerca estuvo de impactar en un futbolista rival.

Así pues, y a pesar de que Courtois la tuvo con un testarazo en el 94, el Real Madrid de la eurofia, el que hizo creer que sí era, y a saber si sigue siendo, posible remontar cualquier diferencia de puntos al Barcelona por LaLiga, se deja una victoria necesaria para no perder comba en la pelea. Cero en el casillero tras la visita del Girona, y la difícil escalada que ya parecía terminada tendrá que continuar.