Zidane es leyenda viva del Real Madrid; si como técnico ha escrito su propia historia consagrándose como el entrenador de las tres Champions consecutivas, como jugador aterrizó en el Santiago Bernabéu en pleno auge de 'Los Galácticos' y llevó al conjunto blanco a otra dimensión, tocando el cielo en Glasgow con una volea que es historia del fútbol.

Todo este idilio arrancó hace 21 años, concretamente en Mónaco. Así lo ha relatado el propio Zinedine en una entrevista con 'L'Équipe', recordando cómo se fraguó su fichaje por el cuadro merengue.

"Yo acababa de cumplir 29, pero me faltaba eso: el Real Madrid. Lo necesitaba para impulsar mi carrera, necesitaba ese nuevo desafío. Lo tenía en la cabeza y también Florentino", explica el francés.

Entonces, Zidane era Balón de Oro tras coronarse campeón del mundo con Francia en 1998, combinado al que también condujo a alzarse con la Eurocopa del 2000. Pero a 'Zizou' le faltaba la Champions... y el Madrid se la podía dar.

Con Luis Figo como primer fichaje 'galáctico', Florentino se lanzó a por la estrella marsellesa con un 'modus operandi' muy 'ad hoc' del presidente madridista.

"Estábamos en una mesa grande en Mónaco en una cena de gala y allí me entregó un mensaje en el que ponía "¿Quieres venir?". Y yo le respondí en una servilleta de papel: "Yes". Todavía me pregunto por qué le respondí en inglés", ha confesado Zidane.

Tras dejar el banquillo blanco, el técnico se ha tomado un año sabático para analizar las diferentes propuestas que tiene: "Todavía quiero continuar entrenando. Y después, ¿por qué no estar en un proyecto en el que yo mismo sea el líder?".

Su sueño, como es bien sabido, es dirigir a 'Les Bleus': "Claro que quiero. Espero serlo algún día. ¿Cuándo? No depende de mí. Pero quiero cerrar el círculo, no he terminado con la selección francesa. Es lo más bonito que hay, lo sería todo para mí".

¿Eso le cierra la puerta al PSG? Para nada, pero deja claro que no es su primera opción: "Nunca digas nunca. Especialmente cuando hoy se es entrenador. Cuando era jugador podía elegir e ir a casi todos los clubes. Como entrenador, no hay cincuenta clubes a los que pueda ir. Hay dos o tres posibilidades. Si vuelvo a un club es para ganar. Lo digo con toda modestia. Por eso no puedo ir a cualquier parte".