Patrice Evra ha querido hacer público y denunciar el infierno homófobo que vivió durante una etapa de su estancia en la Premier League. Lo desvela en una entrevista concedida al medio 'Le Parisien'.

Los futbolistas de élite debían "mantener en secreto" su homosexualidad dentro del mundo del fútbol por miedo. "Cuando estuve en Inglaterra, trajeron a alguien para hablar con el equipo sobre la homosexualidad. Algunos de mis compañeros dijeron: 'Va contra mi religión, si hay un homosexual en este vestuario, que se vaya del club'. Y otro tipo de comentarios. En ese momento, dije: 'Cállense. ¿Os estáis dando cuenta?'", relata.

El exjugador asegura haber estado siempre al lado de las personas que lo necesitaban: "Yo jugué con jugadores que eran homosexuales. Cara a cara, se abrieron conmigo porque tienen miedo de hablar de otra manera. Hay al menos dos jugadores por club que son homosexuales. Pero en el mundo del fútbol, si tú lo dices, se acabó".

El francés nunca se muerde la lengua, ya en su libro habló abiertamente de una agresión sexual que vivió con tan solo 13 años. La intención de Evra es "poder ayudar a los otros niños". "Tenía 13 años y me quedé con ese peso toda mi vida. Cuando tenía 24 años y todavía jugaba contra el AS Mónaco, la policía me llamó y me dijo: 'Señor Evra, ¿este hombre le ha tocado?' Dije que no. Insistió: '¿Estás seguro?' Repetí que no, me enfadé y colgué. Había habido quejas de otros niños… Me sentí como un cobarde. Yo estaba avergonzado. Pensé más en mi notoriedad, en lo que la gente iba a pensar", cuenta el francés.

Evra cree que el fondo del problema va mucho más allá, principalmente en los jóvenes que rápido se hacen ricos o famosos: "Es difícil porque no tienes nada y de repente te ves con todo ese dinero. No están preparados psicológicamente. Si le dices a los clubes que traigan a un psiquiatra, te cerrarán la puerta. Los jugadores no tienen ninguna ayuda y ese es el problema".

"Es difícil, porque incluso cuando tienes éxito, regresas al vecindario y te ven como un extraño. Todos estos amigos que decían: 'Eres familia...'. Te conviertes en un enemigo. Casi pierdo un ojo porque volví y alguien estaba hablando de mí", concluye el exfutbolista.