Nada más finalizar el partido de los Minnesota Timberwolves ante los Detroit Pistons, Karl Anthony-Towns no pudo evitar emocionarse. Se acordó de su madre, fallecida por coronavirus meses atrás.
Y ante los medios de comunicación le dedicó la victoria con un discurso en el que no pudo evitar las lágrimas. Le dije que quería dedicarle esta victoria y regalarle el balón, así que estoy feliz de haber sido capaz de cumplir con mi palabra y poder hacerlo”.
"Significó mucho para mí", dijo con la voz entrecortada, tratando de seguir hablando. Su madre, Jacqueline falleció el 13 de abril después de pasar un mes ingresada en el hospital.
Entonces, el jugador de la NBA lanzó un mensaje de responsabilidad a la sociedad, tratando de concienciar de la importancia de protegerse ante la Covid-19.
Su vida cambió por completo aquel día: "No recuerdo la mayor parte de mis otros partidos y años que he jugado al baloncesto. Para ser sincero por un segundo, no me importan. Sólo me preocupa lo que pase del 13 de abril en adelante"
"No importa lo mala que sea mi situación o lo jodida que esté mi vida. Voy a estar aquí por estos chicos. Voy a dejarles que me vean sonreír incluso aunque no lo está haciendo por dentro. Se lo debo como líder y como compañero”, sentenció.
"Por Jackie", escribió la cuenta de Twitter de los Wolves. Porque este miércoles, en Minnesota, todos se acordaron de ella. En especial su hijo, Karl-Anthony Towns.
Tribunales
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