Hace cuatro décadas que Spielberg se permitió el lujo de jugar con nuestros sentimientos con una de las películas más aclamadas de la historia. Tanto jugó que se atrevió a grabar escenas sobre tiburones sin mostrar ni un tiburón; toda una lección de cine con la marca de Spielberg grabada a fuego: pocos sustos pero efectivos, tiburones que se intuyen pero no se ven... En definitiva, un juego de recursos cinematográficos que desembocaron en la primera película capaz de generar más de 100 millones de euros en taquilla. 'Tiburón' cambió la forma de vender el cine.